La aparición de una niña malherida, rompe la tranquilidad habitual en una pequeña capital de provincia. Además el hecho de que la joven esté recluida en un internado femenino perteneciente a una secta llama la atención del inspector Uriel, un experto en esos temas, que rápidamente se traslada hasta el lugar del crimen para sumarse a la investigación.

Su llegada incomoda al inspector al cargo del caso, Ceballos, que se siente desplazado. Aunque poco a poco, el desarrollo de los acontecimientos, va fortaleciendo la relación entre ambos al verse unidos frente al oscuro mundo en el que se adentran.